Según se cuenta, el caballo PRE se fue seleccionando de forma natural a través de su evolución en su hábitat. Los movimientos elevados, por el barro de las marismas del Guadalquivir. Las crines largas y frondosas para protegerse de los insectos. Las cuartillas redondas, los menudillos descarnados, los cascos lisos y la grupa redondeada.
Y el caballo español, aprendió a convivir con el toro bravo, haciéndose amigo de él en las inmensas llanuras. Igual que convivía con él, también sorteaba su embestidas cuando tenía que apartar con los vaqueros el ganado.
En la imagen de archivo, como en los orígenes del caballo español, el toro "Cucharero" de la ganadería de Viento Verde y el semental Nervioso XIII de Agrícola Peralta en perfecta convivencia en las marismas del La Puebla del Río.
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