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lunes, 1 de noviembre de 2010

"Réquiem por un caballo", artículo dedicado a BRUJO en el diario La Razón de Sevilla.



NOVIEMBRE en Sevilla no es sólo el mes de los difuntos. En noviembre, la ciudad vive días de esplendor dedicando su particular feria de otoño en torno al caballo. SICAB cumple veinte años atrayendo a ganaderos, turistas y curiosos de todo el mundo para admirar la belleza de nuestro arte ecuestre. Un arte efímero, ya que cuando un equino muere, ni siquiera una imagen o una película pueden reproducir la emoción de ver a ese caballo en movimiento. Al contrario de otras facetas como la pintura o la música, donde las obras de mantienen vivas, con la pérdida del animal se fuga, también, el trabajo del artista. Hace unos días se fue “Brujo”, un caballo de leyenda. Tenía treinta años. Eterno compañero, con él viví mi infancia, mi juventud…”Brujo” fue el caballo más inteligente que pude conocer. En el campo resaltaba por su chispa, por su temperamento. En la plaza, se distinguía por su arrogancia y su intuición torera. Dicen que ha sido uno de los corceles que han marcado época. No me hizo falta montarlo mucho para amarlo y apreciarlo con tanto cariño. Me gustaba visitar su cuadra. Bastaba con mirarle para que te transmitiera toda su energía, su fuerza, su carácter. Recuerdo su pelo tordo, su galope, su blanca crin. Ahora, daría lo que fuera por una última caricia, por escuchar de nuevo su relincho. Estoy seguro que muchos caballos, en silencio, están sintiendo su falta. Porque “Brujo” fue un excepcional caballo, y su pérdida ha dejado un vacío que ninguno podrá llenar. Nos queda su memoria, su legado, sus hijos... Se fue el hijo del viento, el caballo amado, "Brujo" por ser el fascinante y mágico corcel que adivinaba el pensamiento del jinete.
                                                                  
                      Por Rafael Peralta Revuelta (Publicado en el diario La Razón, Sevilla 1-X-10)

1 comentario:

silvana dijo...

Mi caballo mago (por Sabine R. Ulibarrí)

Era blanco. Blanco como el olvido. Era libre. Libre como la alegría. Era la ilusión, la
libertad y la emoción. Poblaba y dominaba las serranías y las llanuras de las cercanías.
Era un caballo blanco que llenó mi juventud de fantasía y poesía.
Alrededor de las fogatas del campo y en las resolanas del pueblo los vaqueros de esas
tierras hablaban de él con entusiasmo y admiración. Y la mirada se volvía turbia y
borrosa de ensueño. La animada charla se apagaba. Todos atentos a la visión evocada.
Mito del reino animal. Poema del mundo viril.
Blanco y arcano. Paseaba su harén por el bosque de verano en regocijo imperial. El
invierno decretaba el llano y la ladera para sus hembras. Veraneaba como rey de oriente
en su jardín silvestre. Invernaba como guerrero ilustre que celebra la victoria ganada.
Era leyenda. Eran sin fin las historias que se contaban del caballo brujo. Unas verdad,
otras invención. Tantas trampas, tantas redes, tantas expediciones. Todas venidas a
menos. El caballo siempre se escapaba, siempre se burlaba, siempre se alzaba por enzima del dominio de los hombres…..

….un homenaje a Brujo porque las palabras que le habéis dedicado tocan intensamente el corazón y hacen intuir cuanta profundidad tuviera que ser vuestra relación y cuanto vuestras almas han estado cercanas

Silvana desde Italia